Hola a todos. Closing, crisis, closing, crisis, closing, eran las palabras más comunes que podían escucharse por los meses de Diciembre (2008) y Enero (2009) en Dubai. Por donde quiera que caminabas, o con quien quiera que hablaras o lo que fuera que leyeras cuando abrías un periódico era lo mismo: “…todo está cerrando por la crisis…” quizá, para ese mismo momento, estaba sucediendo lo mismo en todos los rincones del globo, pero de alguna manera todos quienes habitábamos en Dubai teníamos un cierto aire de fresquillo como quien está seguro de tener algo en sus manos. Lastimosamente, y para sorpresa de todos, no vimos venir el gran debacle económico que se nos venía. Todo pareció como su hubiese sucedido en un par de semanas, y de esa misma manera a todos pareció tomarnos por sorpresa. Pero claro estaba que la historia ya venía de tiempo atrás por el alto nivel especulativo que se permiten tener estas economías emergentes y mas aun, por sentirse ellas mismas imbatibles ante cualquier crisis.
El ego de sentirte los niños poderosos de la zona, las constantes demostraciones de poderío económico y de desarrollo y de todo el sinnúmero de historias fantásticas y desbordantes que siempre solíamos escuchar de este Disneyland que se ha preciado de ser siempre el “más” en todo, los hizo olvidar que en cualquier momento todo se podía caer tal cual como sucedió. Había que ver como en un par de semanas los rostros de felicidad, comodidad y buena vida fueron transformándose en rostros de preocupación e incertidumbre. Fue entonces una constante comenzar a asistir ya no a cumpleaños y a barbacoas sin motivo sino a despedidas de amigos, era cosa de cada semana decirle a alguien adiós. Fue entonces cuando todos decidimos preguntarnos que iba a pasar con nosotros mismos, porque ya se veía que el problema era grande y colectivo. No obstante, todos seguíamos con la esperanza de que la historia fuese solo pasajera, aun se pensaba que era cosa de días o a lo sumo un par de meses y que una ayudita aquí, otra por allí y un que otro préstamo de la banca internacional podía echarle una manito a mover la ciudad, ¡pero nada! Todo era un NO rotundo por doquier, el Mundo también andaba sumido en lo mismo y el efecto dominó de la caída de economías más poderosas dejaron a la ciudad viviendo en un tiempo de incierta recesión. Ya ni el petróleo era una fuerza grande de ayuda al verse también afectado de manera natural por el freno Mundial.
También era natural, el comenzar a escuchar cifras que por lo grandes parecían exageradas, y me atrevo a decir “natural” porque en tierra donde siempre todo es “lo más” pues también lo son sus crisis y sus efectos directos: se encontraron la módica suma de 3000 mil vehículos abandonados entre los meses de Octubre y Diciembre (2008) por varias partes de la ciudad, pero en su mayoría en los parkings del aeropuerto, todos con las llaves pegadas y con un letrero que ponía: “…I´m Sorry…”, vehículos que adquirieron personas que sintieron la misma tranquilidad de verse trabajando para una economía sólida e indestructible, pero que tristemente, al caer todo, se quedaron sin con que responder a los bancos por los créditos adquiridos, con lo cual la fácil era dejar el carro por ahí y que luego el banco, a través de la policía lo recuperara. Igual suerte corría la gente que se aventuró a invertir en propiedad raíz y comprar apartamentos sobre planos o con obra iniciada con el ánimo de que al cabo de uno o dos años se vendía el inmueble y éste, para dicho momento ya habría ganado entre un 20% y un 30 % de valor inicial, con lo cual era un “negociazo”. Para lástima de estas personas la cosa resultó ser absolutamente contraria puesto que hoy no hay quien quiera invertir en propiedad raíz y lo que es peor, el mismo susto de la gente que se apresuró a vender generó una sobreoferta que bajó de inmediato los precios un 20% del valor por el cual se adquirió y por el cual ya estaban comprometidos a pagar al menos por 15 años.
Era innegable que la crisis era notoria. Se podía conducir con mayor fluidez, los trancones habían desaparecido, incluso restaurantes del popular “almuerzo ejecutivo” donde antes había que hacer fila por las mesas, hoy en día podías elegir la que mas te gustara. Se hablaba también de que el ministerio del interior y su departamento de inmigración estaban colapsados por la cancelación de 1000 visas de trabajo al día (a mi me parece exagerado, pero era lo que se decía), se comentaba que las empresas constructoras más sólidas estaban despidiendo a sus altos ejecutivos por ser el personal mas costoso, así como en otras se despedía gente en masa: unos 500 empleados de un solo tajo, se dice que en total en Dubai se frenaron 1500 proyectos de construcción con todo lo que sabemos que ello acarrea, que para no ir más lejos, yo soy uno más de los tantos que ha tenido que desplazarse a otros rumbos, claro que no todos contamos con la suerte de seguir en la misma compañía y que esta a su vez nos ofrezca sitio en otra parte.
Finalmente yo siento que todos estos momentos económicos son cíclicos, y que son necesarios para que el mundo se re-invente o se re-defina porque ya ha agotado recursos y métodos que no dan más y que necesitan una revisión para seguir moviéndose, el problema es que estas evaluaciones así como ocurre con nuestra vida, no se dan a menudo de manera natural, sino que se presentan momentos de choque que nos obligan a reaccionar. No niego que las primeras reacciones sean traumatismos e incertidumbres, pero luego vendrán otras más positivas. Así mismo, siento que estos momentos también tienen un final y que muchas de las cosas que hoy se ven como críticas e irreversibles, mañana serán ganancias para todos.
Desde un nuevo lugar…..Riyadh, Saudi Arabia. Hasta una próxima ocasión.
El ego de sentirte los niños poderosos de la zona, las constantes demostraciones de poderío económico y de desarrollo y de todo el sinnúmero de historias fantásticas y desbordantes que siempre solíamos escuchar de este Disneyland que se ha preciado de ser siempre el “más” en todo, los hizo olvidar que en cualquier momento todo se podía caer tal cual como sucedió. Había que ver como en un par de semanas los rostros de felicidad, comodidad y buena vida fueron transformándose en rostros de preocupación e incertidumbre. Fue entonces una constante comenzar a asistir ya no a cumpleaños y a barbacoas sin motivo sino a despedidas de amigos, era cosa de cada semana decirle a alguien adiós. Fue entonces cuando todos decidimos preguntarnos que iba a pasar con nosotros mismos, porque ya se veía que el problema era grande y colectivo. No obstante, todos seguíamos con la esperanza de que la historia fuese solo pasajera, aun se pensaba que era cosa de días o a lo sumo un par de meses y que una ayudita aquí, otra por allí y un que otro préstamo de la banca internacional podía echarle una manito a mover la ciudad, ¡pero nada! Todo era un NO rotundo por doquier, el Mundo también andaba sumido en lo mismo y el efecto dominó de la caída de economías más poderosas dejaron a la ciudad viviendo en un tiempo de incierta recesión. Ya ni el petróleo era una fuerza grande de ayuda al verse también afectado de manera natural por el freno Mundial.
También era natural, el comenzar a escuchar cifras que por lo grandes parecían exageradas, y me atrevo a decir “natural” porque en tierra donde siempre todo es “lo más” pues también lo son sus crisis y sus efectos directos: se encontraron la módica suma de 3000 mil vehículos abandonados entre los meses de Octubre y Diciembre (2008) por varias partes de la ciudad, pero en su mayoría en los parkings del aeropuerto, todos con las llaves pegadas y con un letrero que ponía: “…I´m Sorry…”, vehículos que adquirieron personas que sintieron la misma tranquilidad de verse trabajando para una economía sólida e indestructible, pero que tristemente, al caer todo, se quedaron sin con que responder a los bancos por los créditos adquiridos, con lo cual la fácil era dejar el carro por ahí y que luego el banco, a través de la policía lo recuperara. Igual suerte corría la gente que se aventuró a invertir en propiedad raíz y comprar apartamentos sobre planos o con obra iniciada con el ánimo de que al cabo de uno o dos años se vendía el inmueble y éste, para dicho momento ya habría ganado entre un 20% y un 30 % de valor inicial, con lo cual era un “negociazo”. Para lástima de estas personas la cosa resultó ser absolutamente contraria puesto que hoy no hay quien quiera invertir en propiedad raíz y lo que es peor, el mismo susto de la gente que se apresuró a vender generó una sobreoferta que bajó de inmediato los precios un 20% del valor por el cual se adquirió y por el cual ya estaban comprometidos a pagar al menos por 15 años.
Era innegable que la crisis era notoria. Se podía conducir con mayor fluidez, los trancones habían desaparecido, incluso restaurantes del popular “almuerzo ejecutivo” donde antes había que hacer fila por las mesas, hoy en día podías elegir la que mas te gustara. Se hablaba también de que el ministerio del interior y su departamento de inmigración estaban colapsados por la cancelación de 1000 visas de trabajo al día (a mi me parece exagerado, pero era lo que se decía), se comentaba que las empresas constructoras más sólidas estaban despidiendo a sus altos ejecutivos por ser el personal mas costoso, así como en otras se despedía gente en masa: unos 500 empleados de un solo tajo, se dice que en total en Dubai se frenaron 1500 proyectos de construcción con todo lo que sabemos que ello acarrea, que para no ir más lejos, yo soy uno más de los tantos que ha tenido que desplazarse a otros rumbos, claro que no todos contamos con la suerte de seguir en la misma compañía y que esta a su vez nos ofrezca sitio en otra parte.
Finalmente yo siento que todos estos momentos económicos son cíclicos, y que son necesarios para que el mundo se re-invente o se re-defina porque ya ha agotado recursos y métodos que no dan más y que necesitan una revisión para seguir moviéndose, el problema es que estas evaluaciones así como ocurre con nuestra vida, no se dan a menudo de manera natural, sino que se presentan momentos de choque que nos obligan a reaccionar. No niego que las primeras reacciones sean traumatismos e incertidumbres, pero luego vendrán otras más positivas. Así mismo, siento que estos momentos también tienen un final y que muchas de las cosas que hoy se ven como críticas e irreversibles, mañana serán ganancias para todos.
Desde un nuevo lugar…..Riyadh, Saudi Arabia. Hasta una próxima ocasión.