11.16.2008

Comunicado # 12. ¡Jambo!: Desde El corazón de África.


Hola a todos. A estas alturas, ya estoy por creer eso de que “Los años no llegan solos” y cada vez estoy más convencido de que una vez más la sabiduría popular le ha atinado a la vida con este dicho. Meses atrás, no se si motivado o impulsado por la crisis pre-30’s, me dio por comenzar a pensar en que los treinta años los quería cumplir en un sitio apartado, sin mucha pompa y sin mucha fiesta, no era un sentimiento caprichoso sino algo que sentía que simbólicamente me debía pasar, …el motivo? No lo sé, pero intuyo que como expresaba un poco atrás, es una chochera de treintón y bueh…! que le vamos a hacer, se empieza a volver uno caprichoso. El caso es que la insistencia fue tal, y si a eso le sumamos la alineación planetaria, que terminé pasando unos maravillosos días en un país africano cuya riqueza de gentes, faunas y paisajes me hacen decir ahora: ¡Que dicha volver a Kenya!.
Empecemos pues conque este viaje tuvo dos momentos quizá con el mismo grado de emoción y sensibilidad que da el compartir con gente que de corazón está ahí contigo, pero también tengo claro que ambos momentos fueron lo suficientemente fuertes e independientes en contenidos como para que cada uno tenga aquí su espacio. El primero de ellos fue el que le dedicamos al safari en la reserva nacional de Masai Mara que está localizada al sureste de Kenya en la región del Serengueti cerca de la frontera con Tanzania. Para llegar allí, fueron necesarias cinco horas de viaje desde Nairobi durante las cuales el deleite por los cambios en el paisaje te hacía más soportable la brincadera del carro a causa del mal estado de la carretera. Poco antes de llegar a lo que sería nuestro hogar por los tres días que pasaríamos allí, ya se comenzaban a ver en las inmediaciones del área, pobladores de la tribu Masai quienes son los custodios del Parque. Finalmente cuando llegamos al campamento, nos presentan a Florence, la cocinera encargada de nuestra alimentación y luego, nos conducen a la carpa donde pasaríamos las noches de Safari. El sitio era bastante austero pero tenía todas las comodidades: en la carpa había un par de camas, afuera había duchas con calentador de leña y un buen comedor comunal que era el punto de encuentro de todo el mundo durante las noches. Una vez acomodados, le dimos paso a la primera tarde de safari. Fue entonces como emprendimos camino a unos de los lugares más alucinantes que he visitado. Fue solo atravesar la puerta del parque cuando ya nos recibían gacelas, venados, manadas de búfalos cebras, hienas y una jirafa que casi mete su cabeza al carro para saludarnos. El horizonte dibujaba diferentes paisajes 360° a la redonda, mirabas a un lado y podías encontrar bloques de lluvias en la lejanía, luego cambiabas de sentido y lo que tenías entonces era un atardecer hermoso que apenas y dejaba ver silueteadas las acacias en negro para darle un poco mas de drama al espectáculo, luego otra vuelta más y lo que tenías era la unión de montaña y cielos como de cuadro renacentista. Es cierto que no había caminos definidos a seguir, el recorrido era más aleatorio que cualquier otra cosa, era solo eso, se trataba de seguir la intuición a ver que nos regalaba la naturaleza durante ese recorrido, que por ser aleatorio, será recordado como único. Tengo que confesar que llegó un momento es que tuvimos que dejar de tomar fotos, sentimos que lo que mejor se podía hacer era entregarse a contemplar la inmensidad que allí se nos ofrecía. Luego regresamos al campamento a disfrutar de la paz que solo en lugares como este se pueden tener.
Al día siguiente, partimos de nuevo hacia la reserva, esta vez acompañados de otros carros que también se aventuraban aleatoriamente a encontrar animales a su paso. Cada tanto cambiábamos el rumbo debido a un llamado por radio desde otro carro para decirnos que había un león, o un guepardo, o elefantes en tal área, que entre otras cosas no deja de ser alucinante el ver a estos animales en su hábitat natural. Este día tuvimos más suerte y vimos hipopótamos, leonas, búfalos, órix, micos, zorros, jabalíes solitarios, jirafas en manadas, kudus, gacelas, diferentes antílopes, dik – diks y dos escenas que me impactaron muchísimo: una fue la migración de cebras desde tanzania, porque de repente estuvimos inmersos entre miles y miles de ellas, era muy surrealista estar invadiendo ese espacio donde todos lo que se veía tenía rayas blancas y negras. Y la segunda escena fue que estuvimos por unos 20 minutos en el borde alto de un río viendo como se juntaban en una orilla cientos de Blue wildebeest que son una especie como de toros delgados. Una vez estuvo la manada completa se arrojaron en estampida hacia el río para cruzarlo los más rápido y ágilmente posible para no ser devorados por los cocodrilos. Toda una escena digna de documental de NatGeo o Animal Planet solo que en vivo y en directo. Finalmente al caer la tarde regresamos al campamento cargados de buena energía por todo lo allí visto.
Al tercer día luego de una corta visita a una aldea Masai donde no tuvimos una muy buena experiencia debido a los deseos de marketing de aquellos aldeanos, emprendimos el viaje de regreso a Nairobi donde en las horas de la noche nos esperaba una muy buena cena de cumpleaños en el Carnivore, que es un restaurante de carnes tipo rodizio con el valor agregado de que cada noche tienen alguna carne exótica diferente para degustar, esta vez nos deleitaron con cocodrilo y avestruz. Delicioso, muy recomendado.
Con este buen momento queda cerrado el primer capítulo del que les hablaba al principio y le doy paso a la segunda parte que fue ir a compartir unos días en una comunidad Samburu al norte de Kenya invitado por una amiga que estuvo hace casi dos años allí haciendo parte de una misión humanitaria. En confesión tengo que contarles que nada más alejado de una experiencia turística que esto, de todas maneras ya me lo habían advertido así que emprendí el largo viaje sin ningún tipo de prevención. El viaje de solo 260 km aproximadamente comenzó a eso de las 8:30 am. en Nairobi y finalizó en Barsaloi a eso de la 1:30 am. del día siguiente, me imagino que la pregunta es ¿Porqué se tarda uno 17 horas en llegar si tan solo son 260 kms? Y para entenderlo habrá que poner varias cosas en contexto: lo primero es que la misión humanitaria que hay en Barsaloi esta manejada por los Misioneros de Yarumal que tienen su sede en Medellín. Estas personas, dadas las difíciles condiciones de accesibilidad al lugar, solo salen cada 3 meses a Nairobi, con lo cual cada viaje es toda una procesión, puesto que deben abastecerse de comida y gasolina para dicho tiempo, entonces parte del camino es mercando donde sea más económico, llenado tanques de gasolina de reserva, recogiendo el correo, comprando remedios, etc. Y el resto del tiempo se va en que no hay carretera en ciertos tramos, con lo cual los carros tiene que montarse literalmente por piedras y bajarlas con sumo cuidado para no voltearse, además habrá que sumarle que dichas piedras están al borde de un barranco; hay que atravesar ríos, hay que contar con que alguno de los carros se quede atascado en algún lodazal al menos dos veces durante el recorrido y que sacarlo tarde casi una hora. En fin, apenas comprensible el tiempo que tardamos con estos magos del volante, porque de verdad hay que tenerlas muy bien puestas para atreverse a conducir por esas trochas.
Una vez en Barsaloi e instalados en la casa de la misión, nos dispusimos a la tarea de compartir y conocer de la cultura Samburu y créanme que son bastantes las cosas que causan sorpresa por el choque cultural, a veces te parece mentira que aun por estos tiempos existan tales costumbres en el mundo. Para explicarlo, les haré una descripción breve: los Samburus son una tribu semi-nómada que vive prácticamente de la actividad pastoril, su alimentación no está regida por espacios temporales como la nuestra y básicamente se alimentan de Chai que es un te hecho en leche, algunas pocas veces comen algo de granos cuando la situación se los permite y otras menos frecuentes comen carne porque hay algún agasajo especial como un matrimonio, o una ceremonia de circuncisión. Es una cultura en donde la mujer es el gran bastión del hogar, puesto que es la que hace todo: cuida el ganado, recoge leña, camina kilómetros para buscar agua, cuida los niños, cocina, en fin, todo es todo. Los hombres se dedican a la defensa de la tribu y a la toma de decisiones cuando ya su edad les permite el título de sabios.
Por su poco contacto con la civilización (algunos ni siquiera han visitado nunca Nairobi, y muchos otros no hablan el Swahili que es la lengua nacional), los Samburus aun siguen conservando rituales que hace muchísimo tiempo han sido abolidos de otras culturas como la circuncisión para ambos sexos, cosa que para el caso de la mujer es una situación atroz, pero ellos lo tienen asumido como una cuestión de honor y se debe practicar en la noche previa al matrimonio, sellando con este ritual su paso de niña a mujer (aunque a veces se casen de 13 o 14 años), esta ceremonia significa mucho para ellos, porque quien no se lo practique estará condenado a ser niña durante toda la vida y a no poderse casar nunca.
Otra de las cosas que están ligadas al matrimonio es el pago de la dote a la familia de la mujer, normalmente su valor está tazado en camellos, chivos, vacas y algunos cuantos chelines, todo dependiendo del prestigio que tenga la familia de la mujer dentro de la tribu. Valga decir que como en todas las culturas, nadie quiere casarse mal casado y aquí si se ha generado un problema que a mi modo de ver es de corte mayor. Resulta que como estas tribus son bastante pobres, el acceso a las buenas mujeres (las prestigiosas) se hace muy difícil puesto que ni los muchachos guerreros ni sus familias tienen con que pagar las altas dotes que se piden por ellas, pues estos jóvenes se han dado cuenta que se pueden ir a prostituir generalmente a Mombasa que es un destino turístico playero muy apetecido por mujeres Europeas que van allí en busca de aventuras exóticas, y que mejor para ellas que un Samburu de estos que tienen cuerpo de modelos, no por elección, sino por su mala alimentación. Así han aprendido a ganar dinero “fácil” pensando en que algún día regresarán a Barsaloi con el dinero suficiente para tener una buena mujer. Pero la verdad lo único que ha dejado este negocio es una lamentable gran epidemia de Sida que ya se sale de cualquier control. Si esto solo se quedara en Mombasa vaya y pase, pero estos al cabo del tiempo terminan por regresar contagiando a sus mujeres y a toda su descendencia. Algo de estas cosas que aquí les cuento lo pudieron ver ustedes en la película La Princesa Masai, si no la han visto, se las recomiendo, fue una historia real que ocurrió en Barsaloi, así sus habitantes no tengan muy buen recuerdo de esta experiencia.
Este relato ya se va tornando muy largo y siento que me quedan mil cosas por contar: el como viven en sus manyattas (Vivienda tradicional), como son sus atuendos, la experiencia de montar en matatu (buses típicos), el gran trabajo que hace la iglesia a través de los Padres misioneros, donde ves que la vocación y el compromiso si existen, las guerras territoriales y de poderío contra la tribu Turkana, contar un poco de Nairobi y sus cotidianas Jambo (Hola) y Hakuna Matata (No hay problema) ; pero ya será en otra oportunidad que se los cuente, por ahora lo único que queda es inquietud y un poco de sinsabor de saber que tribus como esta hay por montones en este continente y que triste es entender que no cuentan para nada en ningún asunto ni económico ni político de sus países, son simplemente unas grandes y hospitalarias personas que no tienen otra preocupación que su vida en comunidad.


Hasta una próxima ocasión.

9.22.2008

Comunicado # 11. Sacando Licencias: El Status legal.


Hola a todos. Esta vez me gustaría comenzar con la frase de un buen amigo que cada que se indigna con alguna situación legal me dice: “¡Eh! ¡La democracia si es muy linda parcero!" Y aunque parezca una frase ligera, la verdad es que tiene una gran profundidad cuando has vivido en Dubai por una buena temporada. Si ponemos la situación en contexto, son pocas las cosas que se pueden hacer aquí cuando no se tiene el status de legalidad requerido por el país y es peor aun cuando vas descubriendo que cada cosa está enlazada con la otra y que además ves que no tiene otro fondo que recaudar más dinero para las arcas de nuestro amigo el Sheikh y su país “Libre de impuestos”.
Así pues que vale la pena regresar un poco en el tiempo para entender como funciona todo esto. Al principio era el rollo de la visa de residente que no si no la tenías entonces todo estaba cerrado para ti, no podías abrir cuenta en el banco, no podías acceder a otras visas, etc. Luego viene el cuento que como ya tienes visa de residente entonces ya no puedes conducir ningún carro ni propio ni rentado si no tienes licencia de conducción emiratí y es aquí donde comienza cristo a padecer, porque uno piensa: ¡Ah pues se saca!, ¿que más da?, pero cuando te decides a comenzar el proceso pues te das cuenta que lo primero será tomar unas 20 clases con un instructor que entre otras cosas es un Capitán condecorado de la sociedad secreta, pero que para la primera clase debes esperar la módica suma de dos mesesitos no mas porque hay mucha gente en fila y no hay mas cupos. Situación que trae consigo la primera desazón, porque dices: “¿Cómo voy a conducir entonces si no se puede con la licencia internacional porque ya tengo visa de residente?" A lo que el muy amable sargentillo de La S.S te dice: “No se preocupe, es que no lo puede hacer, no ve que si lo para la policía lo multa y si ha cometido alguna infracción lo deportan” con lo cual la única alternativa que te deja una ciudad donde el trasporte público es casi nulo, es aventurarte a seguir los caminos de la ilegalidad y seguir conduciendo a la buena de Dios, y rogando para que no te paren nunca.
Pasado los invictos y suertudos dos meses durante los cuales lograste evadir la policía, comienza la segunda desazón: te llama al celular el instructor para comenzar las clases, y una vez adentro de carro de enseñanza que viene aromatizado con los “finos” hedores propios del instructor, no tienes otra sensación más que la de sentirte otra vez un “buñuelo” porque el tipo te dice: “Oiga, vea! Ponga la direccional…. Pare!...Espere aquí!..Vea no se vaya a salir ahí!" Etc. Te pone la mano en el timón, te hace hacer los giros en U como nunca se hacen en la realidad, en fin, todo un sinnúmero de cosas que lo que hacen es dañarte el día.
A la siguiente clase viene la tercera desazón: El momento de la revelación – crónica de una muerte anunciada – El instructor te dice: “Hombre, se ve que usted sabe conducir, pero usted sabe que esto es un negocio y le tenemos que hacer tomar estas clases a la gente, es más, le advierto de una vez que el día que las autoridades competentes le hagan el examen final para obtener la licencia lo van a reprobar, porque la idea es que la gente tenga que coger mas clases y volver a pagar por ellas y por presentar de nuevo el examen. De verdad que lo siento mucho pero así funciona.” Entonces uno se indigna y bueh…! No puedes evitar que se te salga el Colombiano y le hagas la propuesta al tipo y le digas; “Pues hombre si se trata de dinero y usted ya sabe que todos los días yo vengo conduciendo para llegar a su clase, porque no mas bien yo le firmo toda esa planilla y decimos que ya vimos todas las clases y programemos de una vez el examen final” con lo cual el tipo te da una cátedra sobre la ética y la honestidad pero acaba por decirte que listo, que a el también le conviene y te firma.
Con esto podemos dar paso a la cuarta desazón: antes del examen final debes pagar por un examen interno en la escuela de conducción que a propósito es una farsa porque te subes al carro y el tipo a las dos cuadras te dice que pares que ya pasaste y como si fuera poco darte cuenta que además este requisito no está incluido en lo 500 mil pesitos que ya has pagado por las clases. Y el otro, es el examen de señales de transito en el computador de la escuela, que digamos de paso es la quinta desazón, puesto que para presentarlo debes acudir a un salón gigante que huele asqueroso, donde el concepto de la fila es inexistente y donde la cultura del roce corporal es la primera condición. Allí debes de pelear a codo limpio para poder tener un lugar en uno de tres únicos computadores que hay para dicho fin. Después de tener este par de requisitos te dicen que con suerte en un mes, debido a la congestión, puedes estar presentando tu examen final. Situación que te deja de nuevo en las inmediaciones de la ilegalidad durante el mes de espera para el famoso examen.
Una vez transcurrido el nuevamente suertudo mes, llega el día del examen final y con él la sexta desazón: estar desde las 7 de la mañana alistando los codos para entrar al ataque por lograr llegar a la única ventana donde reciben el permiso para presentar el examen. No lo pueden imaginar, esto es una lucha cuerpo a cuerpo con la horda despiadada de pakistanís, indios y filipinos que cada uno tiene brazos como un pulpo, con uno te empujan con el otro te codean, con el otro entregan el permiso, con el otro hablan por celular, y mientras tanto uno trata de respirar apuntando la cabeza hacia el techo tratando de encontrar alguno asomo de aire fresco que no sea ese olor a sudor con especias o como decía otro amigo: ese olor a media, a calcetín, que es el que impera en ese sitio. La verdad es que esta experiencia no es nada agradable si además tienes en mente las palabras iniciales del instructor: “acuérdese que lo van a reprobar, porque esto es un negocio” y yo de solo imaginar que me iba a tocar repetir toda una mañana en aquel recinto de espera, ya me estaba mentalizando para permanecer en la ilegalidad por el resto de tiempo de esta experiencia.
Finalmente a las 12:30 pm. Me tocó el famoso examen donde el policía que me evaluaba me dijo:” ¿Cuanto tiempo lleva conduciendo?” a lo que le respondí: “Cerca de 8 años” no había transcurrido ni dos cuadras y el fulano este me dice: “!Pare el carro aquí! ¡Ya pasó! Se le nota que lleva mucho tiempo manejando”, Afortunadamente no me reprobaron y pude obtener la licencia después de cinco meses de haber llenado el formulario para comenzar el proceso. Lo que da un poco de tristeza es ver que allí hay gente que lleva presentando el examen por mas de 9 veces y aun no consigue pasar y por ello se le dificulta muchísimo el abrir otras puertas en esta ciudad, que dicho sea de paso: si no tienes vehículo en que movilizarte estás inevitablemente anulado en el contexto.
Como ven, obtener un Status legal dentro de una monarquía no es una cosa de soplar y hacer botellas, cuesta tiempo, dinero y angustias, más aún cuando provienes de un país donde solo le pagas a un tipo y el hombre regresa al otro día con tu licencia. Pero también tengo que decirles que el “fresquito” que se siente una vez tienes todo en orden no tiene precio.
Hasta una próxima ocasión.

6.21.2008

Comunicado # 10. Expats: el mito del dinero en medio de la esclavitud. Junio 2008



Hola a todos. Es también parte de cualquier experiencia, no solo relatar las cosas buenas que como profesionales nos suceden o las situaciones jocosas que por alguna razón nos toque vivir en este disneyland que es Dubai, sino también poner en conocimiento las cosas que vemos absolutamente desconcertantes e injustas por lo inhumanas que son. Hoy quisiera ponerles en contexto el tema de la esclavitud, que a veces pensamos que quedó abolida años atrás, pero que tristemente es una realidad inocultable y bastante evidente por estas tierras. Aquí, como en todo país donde abunden los recursos económicos, existe una gran cantidad de inmigrantes, que por las condiciones de pobreza de sus orígenes, vienen a someterse aquí como esclavos por cualquier centavo que les permita mantener familias a las que a veces duran años sin ver. Debo explicarles primero que ni siquiera nosotros nos salvamos de dicha esclavitud, es más, ni los europeos o norteamericanos se salvan, solo que la escala de sometimiento es bastante distinta si la comparamos con el 65% de la población que tiene esta ciudad y que está compuesta en orden jerárquico de mayor a menor por: árabes no locales, es decir, egipcios, sirios, iraquíes, jordanos, libaneses, que en su gran mayoría tienen trabajos medios, es decir, técnicos en alguna especialidad, una minoría de profesionales ingenieros, dibujantes, arquitectos, etc. Luego están los filipinos, que son en su mayoría los que trabajan en almacenes de ropa, los meseros de los restaurantes, los cajeros de todos los supermercados, etc. Luego, más abajo, vienen los indios, que en su gran mayoría trabajan como empleados del servicio, personal de obra y reparaciones varias. Luego viene un poco más abajo en la tabla el grupo de vietnamitas y chinos que se dedican exclusivamente a los trabajos pesados de obras de infraestructura como puentes, vías, canales, etc. Mas abajo aun, como remate de la tabla, tenemos a los pakistaníes, que ya trabajan en lo que les toque: obras, jardineros, lavadores de carro, de baños, mejor dicho lo que salga.
En este relato, quisiera concentrarme en dos sectores de la población relacionados a los temas laborales: una, los llamados “Expats” y otra, los tres últimos escaños de la tabla que le mencionaba un poco más atrás.
El término “Expats” (20% de la población), corresponde al nombre que recibimos todos los expatriados profesionales cuya procedencia casi siempre es Europa, Australia, Sudáfrica, EEUU y algunos pocos Suramericanos; que de alguna manera somos quienes ocupamos plazas de trabajo dignas y pagadas normalmente, y que como siempre acabamos siendo un escaño intermedio entre los dueños del balón (árabes locales. 15% de la población) y el otro 65% restante. Pero que si vemos un poco más allá, vamos a ver que prácticamente todo está diseñado para el consumo y la vida normal nuestra, es decir, somos el sector que consume en los centros comerciales, en los restaurantes, somos los que tomamos en arriendo la multitud de apartamentos y casas que se ofrecen a diario, somos lo que abrimos cuentas en los bancos para poder tener créditos para vehículo, pagar el colegio de los niños, etc. etc. Finalmente, nos damos cuenta de que ninguno de nosotros (muy a pesar de lo que se piensa en nuestros países de origen) se está enriqueciendo con lo que aquí se paga. La escala salarial está diseñada en su mayoría para que gran parte del dinero devengado se quede aquí mismo en las cosas del consumo diario. Y, ¡atención! que no digo que tengamos una mala vida, por el contrario, se lleva una vida tranquila en lo que a lo material respecta, pero no es una realidad que puedas ahorrar lo suficiente como para regresar a tu país con lo que los papás cariñosamente llaman “El plante”. Cuando hablamos entre “Expats”, siempre coincidimos en lo mismo: “Aquí todos estamos construyendo hoja de vida y participando en diferentes áreas, en proyectos de grandes complejidades y de escalas enormes que serían impensables en nuestros países, pero ¡plata! ¡Que risa!, vivimos sin problema y acumulando gran experiencia.”
La parte fuerte de todo esto, es que no todos podemos contar las misma realidad de trabajar relajados en buenos proyectos, nosotros somos un porcentaje muy bajo, pero ese 65% del que antes les hablaba vive en condiciones desconcertantes, y son considerados simples fichas que me recuerdan un libro llamado Mundo Feliz, en el cual se proponían diferentes jerarquías de humanos. Pues aquí es igual, la vida de los filipinos es estresante y carente de privacidad, viven entre 15 y 20 personas en un apartamento de dos alcobas y les toca destinar alrededor de 3 horas diarias a los desplazamientos entre la casa y el sitio de trabajo. De los indios y los pakistaníes ni hablar, viven en bloques de vivienda llamados Labor Camps, que son de condiciones aterradoras, puesto que viven 20 en una habitación, solo que como trabajan turnos de 12 horas, lo que hacen es pagar la cama entre dos, uno duerme de noche y el otro de día, y así. Son mano de obra no calificada, los traen en barcos por millares y son gente que por su poco conocimiento y analfabetismo ignoran mucho las condiciones de seguridad en las obras y se mueren cientos diariamente, que son reemplazados por nuevas “fichas” que vienen en otros barcos. Esto ocurre así no más, como si de lo que hablamos no fueran humanos sino robots o máquinas que pueden ser botadas cuando se dañen. De verdad que es muy triste ver como ocurren estas cosas, pero más triste aún es ver que ellos crean que están bien por tener estos trabajos, aún así sonríen, y te preguntas: ¿cómo hacen estas almas para llevar la vida en esas condiciones?, Y la respuesta no es que sea precisamente el salario, puesto que ronda los 800 Dirhams al mes, que es algo así como $ 360.000 pesos. O sea ni siquiera un mínimo colombiano, calculen ustedes, pero tengan en cuenta las condiciones que aquí viven: las doce horas laborales, la habitación, los buses que los trasportan sin aire acondicionado, trabajar en obras al aire libre con temperaturas de 45° a 50° en verano, lo que pueden sentir viendo a alguien a su lado en un Mazzeratti, comer en una ciudad donde una coca cola puede costarte $5000 pesos. No se, se los dejo a su criterio. Lo que si no puede suceder es que los empresarios sigan diciendo que se les paga eso porque en la India o Pakistán eso es un dineral. Es una total desconsideración que no tiene otra raíz más que racista y que no hace otra cosa que aumentar cada día más la brecha económica entre ricos y pobres. El rico cada día más rico y el pobre cada vez más jodido.

Hasta una próxima ocasión.

4.13.2008

Comunicado # 9. Savage Garden & Barracuda Experience. Aprendiendo a querer lo Lobo. Abril 2007


Hola a todos. Después de una muy buena y disfrutada temporada en Medellín, donde tuve la fortuna de ver a muchos de ustedes, me quedó dando vueltas en la cabeza escribir algo para contarles lo que para muchos fue motivo de risas e incógnitas durante el tiempo que estuve en la cuidad de la eterna primavera, y ese algo, después de todo, no podía ser otra cosa sino el contarles como es que se rumbea en Dubai.
Comenzaré entonces por contarles que a pesar de todas las restricciones que nos impone el mundo musulmán con respecto a la ingerencia del alcohol, aquí cada hotel que se respete tiene su discoteca o en su defecto un bar en donde se puede compartir una buena cerveza. Ahora, el tema que cuando llegas a la puerta de alguno de ellos es indispensable que te acompañe una niña o de lo contrario no entras ni rogando. Por supuesto, esto no ha sido piedra en el zapato para que los fines de semana salgamos de juerga a divertirnos un poco y a hablar un poco más de temas menos serios que los laborales. Pero claro, cuando la situación común es que salgamos los cuatro colombianos hombres que trabajamos juntos en Typsa, no tenemos más alternativa que acudir a los dos únicos lugares sobre la faz de Dubai que no te piden el pasaporte femenino para entrar, y esos son, el Trader Vic´s, que es un bar de musiquita en vivo donde tocan unos cubanos y venden unos cocteles deliciosos; y el otro es el Savage Garden, que por describirlo de alguna manera es un sitio lobísimo parecido a las discotecas Xochi y el 70´ZO, que fueron en otrora las reinas de la rumba en la carrera 70 en Medellín, y que cargaban consigo una decoración traqueta ochentera de muy mal gusto. La primera vez que entramos a conocerlo nos sentimos entrando a Asados la 80, porque tiene un árbol de dos pisos de alto que delimita la pista de baile, y que las sillas son de mimbre como en finca de abuelita. Además que el espectáculo que encontramos adentro no era el más alentador del mundo, vimos a un montón de Árabes, Europeos y Libaneses maltratando la Salsa que tocaba la banda del Bar, era un espectáculo donde la gente bailaba Salsa enseñada en salón con pasos aprendidos contando el uno – dos y sin mirarse a los ojos, era bailar con sentimiento cero, pero jurando ser ese latino sexy que solo existe en ese imaginario de gente extranjera que piensa que para ser la bomba sexual latina deben exhibir mil vueltas y trompos bailando salsa, era de verdad un desconsuelo ver esto. No podías comprender tal payasada. Esto es un poco el Savage. Ese día prometimos no volver nunca más, pero como la lengua castiga, hoy día en uno de los sitios que más frecuentamos. Supongo que la pregunta del millón será ¡Eh! ¿Y estos porque van a ese chuzo tan mañé, habiendo tanta cosita buena en Dubai para ir? Y la respuesta solo tiene dos caminos, el primero, que nos convertimos ya en unos lobazos mañés que le sacamos gusto a ese espectáculo, o segundo, y ésta de verdad es la razón, es que es el único sitio en donde podemos tener cercanía con la patria, allí la banda que toca y a la cual cambian cada seis meses es Colombiana, la manager también, y un grueso de la población de Colombia que reside en Emiratos Árabes acude allí para poder entonar las salsitas a todo pulmón al calor de las cervecitas. Es, mejor dicho, un pedacito de la tierra aquí, y así sea lobo lo queremos y estamos muy complacidos con lo bien que se nos atiende en este jardín salvaje.
Ahora bien, si pretender convertirme en la guía Lonely Planet de la rumba Dubaití, no quisiera dejar por fuera de este relato los excelentes sitios de rumba que hemos tenido la fortuna de disfrutar cuando alguna de las compañeras de la oficina se ha animado a salir con nosotros. Y bueno, que también sirva de guía para los que algún día se decidan a visitarnos por estas tierras. Les recomiendo el 360° que es un bar lounge metido entre el mar justo en la playa que hay entre los Hoteles Burj Al Arab y el Jumeirah Beach; está también el Barasti Bar que queda dentro del Hotel Mina Seyahi y que está justo en la playa, así que te puedes tomar unos buenos mojitos con una vista espectacular; está el famoso Buddha Bar, localizado en Dubai Marina, donde además de las polas, también se puede comer muy bien; está el Kasbar que es una discoteca muy bien lograda dentro del Hotel One & Only donde se puede disfrutar de una buena mezcla de música árabe con la rumba normal; está Trilogy, que es una de las disco top 10 de rumba pura y dura y esta ubicada dentro del souk de Madinat Jumeirah; en fin, esto solo por mencionar algunos de los sitios que hacen parte de que la vida sea un poco más llevadera para nosotros en éstas desérticas tierras, porque les recuerdo que aquí no existe la venta de licor como en Colombia que en cualquier tienda de barrio te venden mediecita de güaro, ¡No señor! aquí eso es impensable, ni siquiera en carrefour se consigue cerveza. Los dos únicos caminos que te quedan para comprar algo de licor si no quieres ir a un hotel son, primero tener una licencia expedida por el gobierno que te autoriza para comprar licor en expendios “oficiales” y vigilando que no gastes un tope máximo de 500 mil pesos colombianos al mes, para que la gente no compre y revenda por ahí haciendo uso indebido de la licencia, además que el licor en dichos expendios es un 40% más caro que en cualquier parte, y si a eso le sumamos que son sitios cerrados, sin ventanas, con un letrero casi invisible y solo con una puerta que te hace pensar que vas a entrar el cuarto técnico de algún edificio y que el sentimiento que te da es como si estuvieses cometiendo un delito, yo creo que no vale la pena sacar dicha licencia, y además, solo hay dos expendios en toda la ciudad. Y la segunda alternativa que existe es la que todos preferimos por encima de cualquier cosa, es la experiencia Barracuda, hay que ver el espectáculo que es estar allí. Barracuda es un supermercado de solo licor que queda en otro Emirato llamado Umm Al-Qaiwain, es un expendio dentro de un hotel en donde te venden licor sin licencia de ningún tipo y hay carritos para que la gente los llene a punta de chorro. Y suena charro, pero la gente es desaforada comprando trago de toda clase, el sitio se mantiene llenísimo y hay que hacer fila de 10 o 15 minutos para pagar, puesto que la gente llena los cochecitos como si fuera el mercado del mes, la gente se abastece para rato y lo mejor es que se ven felices de poder llevar cervecita o whisky a la casa sin problema en teoría, porque dicen los que dicen que si te cogen con el carro lleno de trago, pues vas a estar en problemas como no muestres la licencia, pero nada, las autoridades saben que el apreciado Barracuda existe hace años y se hacen los de las vista gorda porque seguramente el negocio es de algún árabe que sigue llenando su arcas a costa nuestra. A ninguno de nosotros le importa tener que pegarse el viajecito de hora y media que hay entre Dubai y el Barracuda con tal de poder tener con que amenizar una buena jugada de cartas sin tener que moverse de casa.
Hasta una próxima ocasión.

3.26.2008

Comunicado # 8. S.S. La Sociedad Secreta. Diciembre 2007.


Hola a todos. Antes que nada debo confesarles que durante meses me había resistido a escribir sobre lo que aquí en Medio Oriente se conoce como “La Sociedad Secreta”. Mi resistencia obedecía básicamente a que pensaba que el tema era un tanto racista y despectivo y que además todos los Europeos que nos lo contaban eran un partida de paranoicos xenófobos que no querían más que alardear de su buena raza. ¡Pero nada!, mi resistencia ha llegado al tope y mi voluntad ha cedido al fin ante los inminentes y repetidos ataques de dicha sociedad. Mejor dicho, el haber padecido en carne propia las experiencias con este grupo, me deja escribir sin la carga moral de pensar que me estoy volviendo racista.
Dice entonces la sabiduría popular, que “La Sociedad Secreta” está compuesta por todos los Indios, Bengalíes y Pakistaníes que se encargan de los oficios menores que ya en otras oportunidades les he mencionado y que no tienen ningún otro objetivo que el de importunarle la vida al hombre occidental con todas sus acciones. Su principal característica, la que los hace inconfundibles, es un particular movimiento de cabeza que es idéntico al movimiento que hacen los perritos y los tigres que ponen nuestros taxis colombianos, solo que a unas velocidades inimaginables y que además ese horrible vaivén de cabeza puede significar sí o puede significar no, o las dos, es interpretativo y quedás hecho un ocho sin saber que es lo que te quieren decir, solo se ríen y te dicen ¡Yes Sir!, y créanme, te jode la vida porque te comienzas a irritar de ver a ese cabeza e´maraca con esa cabeza a la lata confundiéndote sin tener respuesta alguna. A veces se llega hasta el punto de la compasión y piensa uno “Que pesar de este parcero que no me está entendiendo nada, tengámosle paciencia que en estos países la cultura es muy poca y….” ¡No señor, nada de eso! Resulta que el muy entendido esta recibiendo ordenes directas desde los Headquarters que según dice la leyenda estarían en Bombay, Nueva Delhi o Kerala, diciéndole “ ¡Eso!, jódelo, irrítalo hasta que no de más”. Se que pude sonar extraño pero de verdad que padecer esto en restaurantes, supermercados, oficinas, bancos, es de las experiencias mas insoportables que existen porque se equivocan en lo que te sirven, te hacen ir a donde no tienes que ir, te hacen esperar lo más que puedan, te dan la información errónea; y como dice la leyenda, todo es adrede y dicen que entre menos apariencia tenga el personaje, más alto es el rango que ocupa en el escalafón de La S.S. Así que aquí recomiendan que no te fíes ni te compadezcas de aquel pobre barrendero porque este puede ser el mismísimo general de veinte soles vigilando que todas las acciones de importunar queden al pelo. Podría contarles aquí las miles de experiencias que hemos padecido pero esto sería tan extenso que aburriría. Pero se que un ejemplillo no vendría nada mal. Imaginen que una vez en plena semana de entrega de proyecto, donde los ánimos normalmente están al borde y no hay tiempo para nada, uno de los miembros de La S.S. que trabaja con nosotros, llega y me dice “Luis, acompáñame al lote de la obra que hay una visita guiada con la gente de Parsons y nos van a explicar muchas cosas”, a lo que le respondí “Mira John, estamos en plena entrega, tengo que acabar estos planos y además ya son las 12:30 del día y estamos a punto de salir a almorzar” y me dice el muy fresco “No te preocupes que no nos demoramos sino media horita y además ya tengo las coordenadas de GPS que me dicen el sitio exacto de la reunión”, ya esto comenzaba a tener tintes de ataque de La S.S. pero sin embargo decidí coger el carro y llevarlo. Una vez llegamos al medio de la nada y después de dar 25 minutos de vueltas y vueltas en medio del desierto, me dice el muy fresco “Eh, que tan raro que aquí no esté nadie si este es el sitio exacto que marca el GPS, pero aquí tienen que llegar, esperemos” para ese momento yo ya tenía el genio afuera porque sabía que estaba siendo presa de un gran ataque coordinado donde el objetivo era hacerme perder tiempo y que no almorzara y por ahí derecho que se me dañara toda la tarde. Pasaron algo así como otros veinte minutos más en donde no veíamos más que tierra 360 ° a la redonda, y cuando este personaje juzgó que ya el ataque había sido suficiente y que la misión de irritación estaba cumplida, me dice que con toda la risita del mundo “Ah listo parcero mijo! Vámonos, eso es que no va a venir nadie, mejor devolvámonos para la oficina que ya nos está cogiendo la tarde” así no más, así de tranquilo, no se imaginan las ganas que me dieron de abandonarlo allí mismo, pero me sucedió tal cual como dice la leyenda, guardé todas las maldiciones para mis adentros y tuve compasión y me quedé callado el resto del camino.
Son extraños, simples y serviciales, pero llevan consigo tal grado de ingenuidad estos hombres de La S.S. que están todo el tiempo cometiendo imprudencias y tonterías que seguramente de verdad no son adrede, pero lo hacen tanto y tan seguido que parece que fuese intencional. No los culpo, pero tampoco pueden culparnos cuando sentimos esas feroces ganas de ahorcarlos, como cuando rematan con broche de oro una situación como la que les conté, al final del camino me dice “Oiga Lucho, tiene hambre?.
Hasta una próxima ocasión.

Comunicado # 7. Ramadán. Historias del Metabolismo descompuesto. Octubre 2007.


Hola a todos. Hace ya unos veinte días que el calendario al fin marcó el día del Eid, que no es otra cosa que la culminación del tortuoso y extraño mes de Ramadán, que para entrar un poco en materia convendría explicar que es noveno mes lunar del año y es el que corresponde al tiempo del ayuno para todo el pueblo musulmán, y es más o menos el equivalente a una mezcla entre Semana Santa y nuestra época de navidad. La historia se trata entonces que deben comenzar el ayuno a la hora del Imsak que esta marcada por la salida de sol, y terminar, a la hora del Iftar que es la que marca la puesta del mismo y es el momento donde se levanta el ayuno para dar paso a la fiesta.
Esta temporada fue para nosotros los occidentales algo que nos descontroló la vida los treinta días que duró, porque está gente incomprensiblemente se ve feliz de ayunar y aguantar hambre desde las cinco de la mañana hasta mas o menos las siete de la tarde, porque aquí el sol por esa época estaba poniéndose a esas horas. Y lo digo con la certeza de notarlos amables y sin ninguna clase de preocupación por no haber ingerido ni saliva, porque hasta eso prohíbe la ley islámica, mejor dicho, el ayuno no es solo comida y líquidos, también incluye abstinencia sexual y besos que puedan transmitir algún tipo de fluido, además que restringen todos los restaurantes en la ciudad y les prohíben vender comida porque lo consideran una ofensa que te puede llegar a dar cárcel si eres visto por la autoridad. Como ven, aquí fue donde se nos empezó a trastocar todo, puesto que teníamos que llevar mecato de la casa y salir por turnos a comerlo escondidos en las escaleras de servicio del edificio o en su defecto en la sala de juntas de la oficina, y esto solo era para poder aguantar hasta mas o menos las cuatro de la tarde que era la hora promedio en la que llegábamos a la casa para poder preparar algo de almuerzo. El tema es que ya para ese momento tanto nosotros como la ciudad estábamos desesperados, mal genio, con dolor de cabeza, y sin querer saber de otra cosa mas que comer algo. Era increíble ver en las calles el caos vial de la gente buscando comida, y desesperaba más ver todos los restaurantes de centro comerciales y hoteles cerrados con calcomanías gigantes que no dejaban ver nada en su interior. Lo difícil era que luego de almorzar a esa hora, ya después a la hora de la comida no tenías nada de hambre, y acababas por acostarte sin comer, o comiendo algo muy suave, lo que al otro día te garantizaba un hambre más feroz que la del día anterior. Fue un tiempo raro, un tiempo lleno de dolores de estómago y agonías, un tiempo donde todo el mundo trabajó a “media caña” como decimos los Paisas, un tiempo donde los musulmanes solo pensaban en sus cinco rezos del día y en que llegara el momento del Iftar para poder ir a atragantarse con toda la comida que les pudiera aguantar el cuerpo, que es una de las cosas que más contradictoria me parece puesto que se supone que el ayuno se hace como un sacrificio para poder sentir lo mismo que sienten los pobres de mundo al no comer, ¡pero claro!, una vez llega la hora, salen como animales a las mezquitas o a los hoteles a festejar con excesos y banquetes el sacrificio del día. Es más, todos los hoteles ofrecen banquetes con altos precios para festejar diariamente el iftar, y se pueden ver en las noches alrededor de las mezquitas la cantidad de Lexus, Ferraris y demás lujos parqueados disfrutando de su fiesta. Se que con lo que aquí cuento puede quedar cierto dejo de extravagancia, pero también debo decir que cada mezquita también auxilia otro banquete para los pobres en alguna otra parte de la ciudad, y que las donaciones que se hacen para educación y salud de las minorías son bastante importantes.
Como ven, esta devoción que tiene la cultura islámica para asuntos religiosos es absolutamente marcada y no pueden entender, o más bien, no comparten que nuestros sacrificios sean tan “Light” como el de solamente no comer carne un viernes de cada semana en la época de la cuaresma.
Ya afortunadamente estamos de nuevo en un tiempo normal, pero cada vez notando más las abismales diferencias que tenemos con este pueblo musulmán.
Hasta una próxima ocasión.

Comunicado # 6. Reivindicación a kish Island. Otro día en Irán. Agosto 2007.


Hola a todos. Un par de meses atrás, les escribía para contarles lo que fue una noche en territorio Iraní, como consecuencia de la renovación del visado para Emiratos Árabes. Pero como sabrán, a veces se viven experiencias que creemos interminables y tal vez hasta un poco pesadas o molestas; pero lo que nunca imaginas es que te va a tocar repetirlas y en peores condiciones que la anterior.
Esta vez quiero manifestar una reivindicación pública a lo que alguna vez les conté sobre Kish Island, puesto que ahora considero ese lugar como un tranquilo paraíso de cinco estrellas a comparación con la segunda experiencia, que a causa del mismo trámite, me tocó volver a vivir dentro de territorio Iraní. Esta vez el destino fue Qeshm Island, que para ahorrar un poco de explicación, tiene las mismas características de territorio Free Zone que las que les contaba de Kish, pero eso, y que ambas islas quedan en Irán, son lo único en común que tienen.
Comencemos pues desde la llegada a su aeropuerto. Qeshm International Airport, es algo así como un espacio de unos 300 metros cuadrados, en donde solo hay un counter para atender un vuelo de 120 personas, es un sitio totalmente militarizado y carente de cafeterías o restaurantes; tampoco tiene información al turista ni representantes de las agencias de viaje, mejor dicho es como entrar el aula máxima de un colegio con una cabina donde te sellan el pasaporte y luego ¡zaz! De una en la calle. Aquí debo aclararles que nadie me advirtió nada respecto a esta isla ni de cómo eran los procesos para salir de ella. Yo iba confiado en que todo era cuestión de tomar un taxi a un hotel y esperar a que me enviaran la visa vía fax a la recepción y luego tomar el vuelo de regreso a Dubai. Pero nada, aquí las cosas fueron a otro precio. Al salir a la calle me abordaron un par de personajes que trataban de hacerse entender de la mejor manera y me dijeron que en Qeshm solo había dos hoteles: El Diplomatic y El Tulla Hotel, y que era mejor que fuera al primero puesto que tenía un mejor perfil que el segundo, que allí seguro me acomodaba. Pues seguí su consejo y tomé un taxi Renault 12 con un conductor viejito que no hablaba nada de inglés, pero que se empeñó en hablarme árabe durante la hora y media que duró el recorrido por esa árida carretera hasta el hotel a pesar de mis constantes I don´t speak arabic. Una vez allí, todo me comenzó a parecer extraño porque conforme estuve en la recepción la primera imagen que enfoqué fueron cientos de pasaportes retenidos y apilados en montoncitos al lado del recepcionista. Para ese momento, aun me acompañaba el viejito que esperaba a mi lado alguien que me dijera en inglés cuanto debía pagarle por la carrera, pero la espera no tardo más de cinco minutos porque una vez hablé con el recepcionista y le pedí habitación para una persona, lo primero que hizo fue mirarme, reírse y decirme que ahí no existía eso, que las habitaciones eran al estilo pensión y que si quería acomodarme pues compartiría cuarto y baño con doce personas más, pero me dijo: “Hombre no se preocupe (tal vez notó la cara que puse) que es evidente que usted no es árabe, por lo tanto no le esta permitido el ingreso a este hotel, y si es por mi, de esta recepción no pasa. Amigo, es mejor que se vaya para el Tulla Hotel que allá lo atienden mejor”. Solo imaginen lo que sentí, si además de ser echado de allí así sin más, lo primero que pensé fue: “!Ay Jueputa! Si este es el mejor hotel de los dos, como será el otro”. Volví con el señor del taxi y tardamos otra media hora más por el desierto hasta el otro hotel. Allí, el panorama no era más alentador, todo parecía silencioso, pero una vez abrí la puerta la imagen me pareció aterradora, lo único que se veía eran cientos de filipinos y de indios agolpados en una masa contra una barra de atención (porque este hotel no tiene recepción) clamando que les devolvieran el pasaporte para poderse marchar. Por un momento me sentí desubicado y perdido en el espacio porque no hallaba a quien preguntarle lo de las habitaciones y si había alguna sala de Internet o algo donde pudiera comunicarme. Crucé el espacio donde estaba el tumulto y cual sería mi sorpresa al encontrarme en una gran sala llena de billares, háganse la idea de estar en una cantina de pueblo antioqueño, y ahí mismo estaban dos salitas: una para llamadas internacionales y otra para Internet. El Karma continuaba porque la fila que había para hacer cualquiera de las dos cosas era eterna, digamos que estuve algo así como hora y media esperando para hacer una llamada de tres minutos, lapso durante el cual, me hice amigo de un Indio llamado Joseph quien me ayudó a entender como es todo el rollo con este hotel, o mejor dicho, con este negocio que es Qeshm Island; lo primero que me dijo es que todas las personas que yo veía a mi alrededor eran personas de servicios varios en Dubai, que todos trabajaban como celadores, empleadas del servicio o aseadores de centro comercial y que todos llevaban allí por lo menos una semana con el pasaporte retenido hasta que a su patrón le diera la gana de enviarles la visa para poder regresar al emirato. A renglón seguido me preguntó que yo que diablos hacía allí, porque nunca acudían a aquella isla personas profesionales y menos si trabajaban para una compañía europea, que a él le parecía muy difícil que yo me quedara en ese hotel puesto que allí la acomodación eran cuartos de 9 personas con un solo baño para compartir, y que no todas las camas eran camarotes. Yo lo escuchaba y cada segundo me ponía más nervioso de tener que pasar la noche allí. Pero la diferencia estaba en que yo para ese momento ya tenía la visa en camino, era cuestión de esperar veinte minutos a que llegara vía Internet. Pero lo que le sorprendía a Joseph era que yo tuviera mi pasaporte conmigo, era algo que no podía entender, porque claro, a todos ellos se los retenían desde el aeropuerto y solo se los regresaban cuando les llegara la visa al hotel. Para ese entonces ya eran algo así como las tres de la tarde y yo no había almorzado nada, ni hambre tenía del susto, pero aun así le dije a Joseph que lo invitaba a almorzar a alguna parte mientras llegaba mi visa, él me miró, y me dijo: “mira hombre, lo que pasa es que aquí solo hay un restaurante y el próximo queda algo así como a diez kilómetros, y este restaurante es para gente India como yo, solo venden comida picante y para comer con la mano, allí no existen cubiertos porque no es nuestra costumbre”, a lo que le respondí: “no importa hombre, vamos, que con alguna cosa me acomodaré”, él igual se rió y me llevó, pero cual sería mi sorpresa cuando vi que el restaurante era un espacio rectangular de cartón, cubierto con un plástico negro donde hacía un calor infernal y donde solo habitaba un cocinero gordísimo que me dijo que no me preparaba nada y que de todas maneras ya casi no quedaba comida ahí porque era muy tarde y que lo que quedaba era ultra picante, así que me resigné y le dije a Joseph que no se preocupara que yo me iba a la sala de Internet a imprimir la visa. Él me dijo que tratara de hacerlo rápido puesto que el ultimo bus para el aeropuerto salía en media hora y que si no lo alcanzaba iba a tener que pasar indiscutiblemente la noche allí. Le di las gracias y salí corriendo a imprimir la visa.
Apenas tuve el preciado documento en la mano, me subí al bus pero algo me decía que esto no podía ser tan fácil, algo había que no me encajaba y me dio por preguntar que si era así de simple que me iba a aeropuerto y que de una me daban puesto en el avión, a lo que alguien muy amablemente me respondió que no, que el puesto en el avión lo daban desde el hotel, que si yo no había estado hospedado allí nadie me daría un lugar en el avión; ya se imaginarán el susto, pues tuve que bajarme y abrirme paso entre la chichonera de gente que llevaba todo el día peleando por un cupo, incluso un señor me alcanzó a decir que ni en sueños me lo darían, que tendría que esperar al menos tres días allí para lograrlo. En ese momento me puse tan nervioso que las manos me sudaban y lo único que se me ocurrió, producto de la desesperación, fue abrirme paso y gritarle hasta más no poder al que feriaba los cupos ahí, le alcancé a gritar que yo era un caso especial, me miró y me dijo: “! Ah si!, y porque es un caso especial?” le dije que era colombiano y que yo no estaba alojado y que además tenía mi pasaporte conmigo y que lo único que necesitaba era un sitio en el avión para regresar a Dubai. Pues el tipo de verdad lo consideró y me dijo que no entendía que hacía yo allá y que le mostrara el pasaporte y el tiquete; los tomó en su mano, se fue a considerar el tema con otro fulano, y me dijo, tome, vuélese para el aeropuerto que el bus ya se va. Quien creyera, por primera vez el pasaporte Colombiano sirvió como algo bueno y digno para poder salir de una isla desierta en donde tienen encerrados y en muy malas condiciones a muchos trabajadores que son los que de verdad le hacen más fácil la vida a los ricos de Dubai.
Finalmente llegué al aeropuerto con la silla 118 de un avión de 120 sillas, cansado, sin almorzar pero con la tranquilidad de poder regresar a casa sin problema, pero sin embargo, durante el regreso pensé mucho en aquellos que se quedaron allí, en tipos como Joseph, que aguardan triste y pacientemente que los saquen de aquella desértica isla para continuar su vida de servicio.
Ya, afortunadamente, este tipo de historias no se repetirán más porque ahora tenemos la aprobación del ministerio de relaciones exteriores para estamparnos la visa de residentes. Hasta una próxima ocasión.

Comunicado # 5. Acerca de los vecinos. Julio 2007.


Hola a todos. Una vez más voy a dejar de lado los temas arquitectónicos e inmobiliarios, para relatarles un poco algunas de las tantas situaciones incomprensibles que ocurren en el Mundo Árabe. Lo primero será entonces comenzar por nuestro vecino más cercano, Arabia Saudita, que son en realidad los amos y señores del petróleo en el mundo, y por lo tanto, los más ricos de la región. Arabia, con capital Riyadh, es el país de mayor radicalismo musulmán, y es allí donde se encuentran las dos ciudades más importantes del Mundo Islámico: La Mecca, que es donde se encuentra La Kaaba, que es el lugar donde se supone que Abraham creó las religiones y es a su vez, el sitio a donde cada musulmán debe peregrinar al menos una vez en su vida. Y la segunda, es la ciudad de Medina, que es donde esta enterrado el Profeta Mahoma. Hasta aquí solo información. Pero ahora quisiera concentrarme en la cantidad de situaciones absurdas que por cuenta de ese radicalismo religioso suceden. Imaginen ustedes que en Arabia, ninguna mujer puede trabajar, ni conducir, ni salir sola a la calle, siempre tiene que salir en compañía de su chofer o de su marido y siempre debe estar cubierta de pies a cabeza con su Abayah negro, (cabe anotar que esto también incluye a las mujeres occidentales). Allí, los almacenes de los centros comerciales no tienen vestieres para evitar que una mujer se tenga que desvestir en un sitio público, o sea que eso te implica adivinar tu talla e imaginar posiblemente como te vas a ver con lo que compres. La situación no cambia ni siquiera en los restaurantes, en donde hay biombos para que el Saudí pueda encerrarse a comer con su mujer sin que ella sea vista por nadie, lo cual implica que cada que el mesero llega con algo, primero debe tocar la puerta del biombo para darle tiempo a ella a que se cubra nuevamente mientras este pone el servicio.
La empresa para la que trabajo, tiene su principal sede de Medio Oriente en Riyadh, y no imaginan ustedes las historias que nuestros compañeros de trabajo deben vivir allí con sus esposas y sus hijos. Un ejemplo de ello, es que les toca vivir aislados en una especie de fuerte protegido en donde adentro están las lujosas casas donde viven y donde “tratan” de llevar su vida occidental “normalmente” y lo resalto entre comillas porque no se puede vivir normal estando encerrado, así adentro de dicho fuerte tengas piscinas, parques y supermercados. El alcohol esta terminantemente prohibido por La Sharia (ley Islámica) y castiga la venta y su consumo con penas que pueden ser el corte de una mano o un pie, dependiendo de la cantidad que te pillen o si el delito es considerado menor, el radical tribunal Islámico podrá imponerte latigazos, que si pasan de cierto numero, pueden diferírtelos en módicas cuotas mensuales o semanales que tu cuerpo pueda soportar. Esta situación ha tenido de positivo, que ya nuestros compañeros son todos unos expertos en preparar artesanalmente en sus casas vino y cerveza, al menos para poder celebrar algunas ocasiones especiales.
En Arabia la pena de muerte es una ley absolutamente vigente, y digamos que a pesar de que sabemos que muchos países también la tienen (tema que me parece una barbaridad), no tienen ni punto de comparación con esta, porque Arabia ejecuta a sus condenados en Plaza pública y los musulmanes deben asistir con sus hijos a presenciar como el verdugo le corta la cabeza con un sable al condenado. Este atroz hecho se hace público con la excusa de que la gente que lo presencia tome ejemplo de que no debe robar, ni traficar con licor, ni simplemente encontrarse libremente con una mujer que no sea de su familia en cualquier sitio público, porque hasta eso es castigado allí. Esto suena atroz, pero además, es tan absolutamente radical que hay una anécdota que quisiera traerla a colación aquí, porque de lo absurda, tiene su toque divertido. Resulta que el Corán ordena un máximo de tres intentos de corte cuando van a ejecutar a un reo, y también a letra seguida dice que nadie, pero absolutamente nadie podría resistir dichos cortes, pero como toda regla tiene su excepción, pues resulta que en una de estas ejecuciones el verdugo tuvo un mal día y erró en sus tres intentos, dejando al reo muy malherido y casi con la cabeza colgando, pero quedó vivo. ¡Oh! Lío el que se armó, porque el Corán no autorizaba ni un intento más, pero como también dice que nadie lo resistiría, pues decidieron que dicho reo no era él, sino otro, o sea que al que intentaron degollar por haberlo resistido no existía entonces, que él que quedaba ahí vivito y coleando era otra persona nueva, diferente, entonces le cambiaron el nombre, lo auxiliaron y lo dejaron libre. ¡Hombre! Absolutamente increíble, pero real, así de locos están estos tipos. Y eso por no mencionar detalles como que Arabia también prohíbe los cines y los teatros por considerarlos instituciones que pueden afectar la consolidación y la permanencia del Islam.
Personalmente, me sigue pareciendo incomprensible que estos pueblos tan antiguos, vivan aún sumergidos en pensamientos tan cerrados y machistas, sabiendo que tradicionalmente han sido unos visionarios que le han aportado incalculables cosas al mundo, porque no está demás recordar que a ellos les debemos muchas de las cosas de las que actualmente tenemos en cuanto a lenguaje, cultura y desarrollo. Me parece increíble que gente con tantísimo dinero y con tanto acceso a las nuevas tecnologías continúe cerrando cada vez más, el cerco sobre si mismos.

Comunicado # 4. Una Noche en Irán. Junio 2007.


Hola a todos. Esta vez abandonaré un poco a Dubai y sus alrededores para relatar una interminable noche en territorio Iraní. Lo primero será entonces poner en contexto la situación: Resulta que como consecuencia del vencimiento del visado que tenemos hasta ahora, la ley emiratí exige que salgas del país y vuelvas a ingresar a él vía aeropuerto, para que al regreso te lo renueve por otro tiempo más. Hasta ahí todo normal, pero lo que nadie te cuenta es que la única posibilidad que hay para hacerlo es una isla en Irán cuyo nombre es Kish Island. Este árido territorio como todo aquí en golfo pérsico, esta situado en la parte sur de ese país enriquecedor de Uranio y no es otra cosa que un gran negocio establecido entre ambos países, pues no es necesario ningún tipo de visado para ingresar allí. Una vez llegas, lo primero que encuentras en el aeropuerto es un letrero gigante que dice “Welcome to Kish Island free zone”; es un sitio donde nadie te pregunta nada, nadie habla inglés, no hay nada que hacer, todo aparece escrito en árabe, con lo cual ya puedes ir presumiendo que es lo que te espera para pasar la noche allí. Es además un pueblo radicalmente musulmán, por consecuencia, todas las mujeres que vienen el vuelo deben cubrirse la cabeza simulando una Abayah (traje musulmán para ellas), solo imaginen que 5 minutos antes aterrizar están todas las filipinas a las carreras cubriéndose con pañoletas compradas desde Dubai. Lo mejor de la historia es que no se la pueden quitar hasta no abandonar territorio Iraní. Luego llegas al hotel, que con algo de suerte puedes conseguir algo medianamente decente, porque recuerden que este es un negocio inventado por el alto índice de inmigrantes asiáticos que trabajan en el emirato, lo que hace que este tipo de viajes sea de un perfil más o menos extraño o sin sonar racista, de bajo perfil. En el hotel te explican más o menos con un inglés de señas, que no puedes usar la piscina sino desde las 9 a.m. hasta las 4 p.m. porque esa es la hora que corresponde a los Hombres y que de 4 p.m. hasta las 11 p.m. es para las mujeres. Todo es separado allí entre un género y otro, además la piscina es interna, en un sótano y sin sol, porque no esta permitido que pueda haber registro alguno desde la calle o desde cualquier ventana del hotel. Es justo en este punto donde comienzas a pensar ¿Qué carajos hago yo en una isla Iraní casi desértica en medio de la nada? Y ¡claro!, la única respuesta posible es que uno también hace parte de ese mercado de mano de obra barata importado de países con menos recursos que los Emiratos; así que lo único que queda es decir para uno mismo: “Aguante papá….pa´que se vino a probar suerte por aquí”. Luego de este corto lapso de crisis existencial, retornas a tus cabales y dices, ¡pues nada! Vamos a dar una vuelta por Kish a ver que encontramos. Pero nada, literalmente no hay nada, hagan de cuenta que los dejan abandonados en un paraje entre Ovejas (Sucre) y el Carmen de Bolívar, con tres hoteles y pequeño centro comercial sin gente. No queda otra que irse a la playa, teniendo en cuenta que para cuando llegas allí, ya es de noche así que nadie esta bañándose, solo ves algunos grupos de filipinos conversando mientras amanece para regresar a Dubai con su visado renovado, y de repente ves que hay un par de sitios en la playa que parecen algo así como un bar o un café y piensas, “bueno al menos me tomo una cervecita y así paso este rato”, pides la carta y dices que te traigan una cerveza helada para bajar el calor que hace y el mesero te dice: “No señor, este es un país islámico y aquí no vendemos nada con licor”. Ese es el momento donde salta el paisa que hay en ti y la exclamación no puede ser otra que decir “No venden cerveza tampoco, ¡Ahora si nos mordió el marrano parcero! Así que regresas al hotel con el rabo entre las piernas sin más cosas que hacer que encerrarte en la habitación a pensar en que es lo que ha pasado con la historia de países como éste, porque no te parece posible que vivan aun con tales leyes y con tanto atraso sabiendo que en el pasado ellos fueron el poderoso Imperio Persa. Pero nada…. Click a la lamparita del nochero y a esperar que se termine esta larga noche para tomar el vuelo de regreso a mejores tierras.

3.25.2008

Comunicado # 3. La Metáfora de la Perla. Mayo 2007.


Hola a todos. Esta vez la historia ira encaminada a relatar la manera de cómo se puede construir un sueño a partir de solo invertir el entendimiento de las cosas. Me explico. Una vez que vas viendo como cada día avanzan a pasos agigantados todos los proyectos que se construyen por todo Dubai, es inevitable pensar ¡Eh! ¿Como harían estos árabes para cambiar esto en tan solo diez años? Y siento que cada vez es más clara la respuesta, creo que todo se trata de haber cambiado el concepto de lo que eran y transformarlo metafóricamente en otro que les ayudara a entenderse mejor y con esa base generar el embrión que mas adelante le permitiría ser lo que ahora son. Dubai, era un pueblo que se dedicaba fundamentalmente a la pesca de Ostras de las cuales extraían sus perlas para venderlas en los mercados internacionales. Pero una vez el Sheik preguntándose cosas de la vida pensó en que pasaría si cambiaran la posición de los conceptos y que en lugar de vender las perlas, ellos (Dubai) se convirtieran en la perla misma. Y esto, si es bien entendido, refleja muchas cosas como las que anotaba la revista semana de hace pocos días, que ponía a Dubai como La Perla del Medio Oriente. Y si somos necios y nos ocupamos de establecer relaciones, vamos a notar que la situación es tal cual una perla. Lo primero es que para descubrir una perla es necesario viajar a las profundidades de mundos misteriosos y ocultos como las profundidades del mar, lo mismo sucede con Dubai, está oculto en medio del cerrado y celoso mundo musulmán (que para este caso podría entenderse como la Ostra) que ya bastante tiene con la estigmatización por parte del resto del mundo. Lo segundo, va en la forma de vestir, porque es exacto a la ciudad. Siempre ves a Hombres y Mujeres vestidos con sus Dishdashah o Abayah (Túnicas) cubriéndolos de pies a cabeza, cerrados como ostras, pero bajo sus curiosos atuendos están las perlas que compran en Hugo Boss y Louis Vuitton y ni que imaginar de lo que llevan ellas, porque las tiendas de lencería aquí son bien interesantes, yo creo que estas deben ser las perlas mas finas. Y Dubai igual, es una ciudad para el automóvil, cerrada, difícil de comprender, pero una vez ingresas a los hoteles, a los restaurantes, a los bares, a los edificios, cada uno es una perlilla a su modo, pues son lugares cuidadosamente diseñados y con un ambiente espectacular, que son para visitarlos por momentos especiales, como el uso de las perlas.
Creo que finalmente aquí todo lo tratan así, como pequeñas joyas que deben ser absolutamente trabajadas, primero está la calidad del producto que la premura para hacerlo. He llegado a evidenciar esto ahora que trabajamos forjando The Lagoons, una de las nuevas joyas de Dubai, aquí hemos ido paso a paso diseñando cada una de las cuatro aristas que componen esta sección de la joya. La primera son los Palattio Villas, que son en sí, una tipología de vivienda que ronda los 2000 metros cuadrados y cuya condición más especial es que debe estar ordenada bajo un Layout Arabic, que se ajusta a todas las condiciones que conlleva vivir como árabe, es decir, debe de tener un Majlis para Hombres que es un salón enrome donde ese reciben los invitados en plan de negocios, Un majlis para Mujeres, que es un salón un poco mas reducido donde ellas esperan a que sus maridos terminen la reunión, deben tener piscina al interior de la casa que no tenga registro desde afuera porque está prohibido que otros hombres vean a sus mujeres, a esto se suma un Health Club donde hay jacuzzi, Sauna, Turco y vestieres, también hay dos cocinas, porque una es para servir y la otra es externa que es la de preparación, lo demás son habitaciones y un par de espacios mas que están reservados para ver la televisión y otro para los juguetes de los niños. La segunda arista la componen las Luxury Villas, que son viviendas con los mismos criterios, pero con una dimensión menor, de 1000 metros cuadrados aproximadamente; la tercera arista la componen las Town Houses que se trata de las villas que son apareadas a modo de urbanización; y finalmente aparece la cuarta y ultima arista que son los apartamentos. Para poder ir forjando todo esto hemos tenido que estudiar todos los elementos que componen la arquitectura árabe, que es una arquitectura rica en elementos de composición como arcos, bóvedas, parapetos, molduras, columnatas, torres de viento y otros tantos aditamentos que para nosotros los occidentales pueden parecer horribles y que incluso a veces podemos tildarlo malamente como mañé. Pero hay que librarse de eso, porque la arquitectura en esencia siempre buscará lo mismo, solo que las condiciones que la componen cambian drásticamente de un lugar a otro y eso hay que respetarlo antes que entenderlo. En otras palabras, siento que el aprendizaje ha sido grande y que estar inmerso en otra cultura te regala condiciones especiales para entender la esencia de las cosas. Hasta un próximo comunicado…..

Comunicado #2. Del ejercicio de la profesión….Abril 2007.


Hola a todos de nuevo. Ahora en esta segunda oportunidad me concentraré más en comentar algo de lo que a mi parecer es Dubai, entendido bajo el concepto de lo que he querido llamar Disneyland Inmobiliario ya que siento que quedó un poco diluido en el comunicado anterior.
Comencemos pues por entender que esto es algo así como una gran feria en donde se ofrece de todo, pero todo de lo mismo, al igual que nuestro preciado San Alejo, que después de recorrer las chazas de los primeros metros, ya sabes cual es la pulserita que vas a continuar viendo por las próximas dos horas, con esto lo que quiero decir es que aquí hay una sobreoferta inmobiliaria absolutamente desmedida, solo que la diferencia es que aquí la pulserita se trata de él que más supere al otro en escala, en el San alejo se cambia el broche y aquí se cambia la dimensión, pero pulserita al fin y al cabo.
Digamos que todo esto de la escala comenzó con el proyecto del Hotel Burj Al Arab, bien conocido por todos nosotros como ese hotelito que es el más caro del mundo, ¡Si! El mismo que se ve en las presentaciones de PowerPoint que rondan habitualmente por nuestros correos, y claro, como aquí se trata de competir, no falto el otro que dijo: Ahhhh No! Si este hizo el hotel más caro del planeta pues entonces yo hago la primera gran urbanización sobre el mar y así nació The Palm, otro de los proyectos bien conocidos. No puedo dejar de imaginar las caras de todos cuando les cuente que esa palma, es solo un simple proyectillo a comparación de lo que ahora les cuento. Siguiendo en la dinámica de los “ya que” comenzó el siguiente desarrollo, ahhh ya que aquel hizo The Palm, pues entonces yo hago otras dos, ya se: voy a hacer Palm Jebel Ali y Palm Deira, que son así sin más, otras dos palmas que doblan en dimensión a la primera y que entre ellas piensan albergar una población cercana al millón de habitantes (esto es exorbitante si tenemos en cuenta que esa es la mitad de la población de Medellín). Además de esto se construye actualmente el proyecto de proyectos: Dubailand, que se trata de 42 proyectos dentro de uno solo, es decir, se destinó una gran zona del desierto para albergar 42 parques temáticos tipo Disneyworld y cada uno de ellos con su respectiva zona hotelera, su buen rascacielos, urbanizaciones, centros comerciales, etc., lo que en conjunto será Dubailand, pero atención, es que a veces creo que se lee muy rápido, son 42 parques temáticos! Que desproporción!. Así mismo, esto ha acarreado que muchísimos arquitectos del mundo coincidamos en este momento aquí, porque de verdad se necesita quien esté diseñando cada detalle de estas magnitudes, aunque valga decirlo, la rotación de profesionales dentro de los proyectos es altísima, aunque no les preocupa porque la oferta también es amplia, aquí se trata de conocer las personas indicadas en el momento indicado y ¡Zaz! Trabajo garantizado. Aquí, como en buena feria que se respete, hay para dar y convidar: ¡que quiere trabajar en proyectos de arquitectura?, pues tome, eso si cree que le quedó faltando con todo los que le dije, pero si no alcanzó, entonces ahí tiene The Lagoons (que es en el que yo trabajo), tiene también Burj Dubai que es el edificio más alto del mundo, tiene Jebel Ali Airport City, mejor dicho….feria…pero feria de pulseritas con losas, paisajismo, ventanales y árabes derrochando dinero como locos. Aquí los amigos de ConConcreto, Fajardo Moreno, RH Coninsa o el mismísimo Pedro Gómez, alucinarían de ver el tiempo y los recursos que se mueven cuando un proyecto sale a venta: Por ejemplo, una urbanización de 1000 viviendas estrato 6, con lagos, canchas de golf y cositas de esas, tarda en venderse algo así como 10 minutos, mejor dicho, la sala de ventas se cierra el mismo día con el letrero de “Vendido en su totalidad”, Hombre!, yo se que esto puede ser de no creer, e incluso llegar a causar risa, pero es real, así es que se mueve Dubai, donde un solo comprador adquiere para si 200 viviendas de un solo proyecto! No me van a decir que esa situación no es envidiable?
Lo único negativo es que lentamente vas perdiendo la capacidad de asombro, porque te parece que ya no te pueden contar una cosa más desproporcionada, idílica y casi hasta onírica diría yo, que la que te contaron el día anterior, pero siempre hay más y más cosas que dan hasta risa por el colmo de la literalidad conceptual, por ahí vi una valla en la que vendían un edificio en forma de tetera y los pocillos alrededor eran locales comerciales, es como la arquitectura Pato de la que habla Venturi en aprendiendo de las vegas, pero que más se podría esperar en una ciudad atiborrada de arquitectos y constructores con las arcas llenas para proyectar, no falta el que quiera darse esos gusticos.
Bueno, pues ahí tienen unas cuantas historias más para que vayan sumando en sus mentes a la construcción imaginaria individual de lo que ocurre por estos lados del Medio Oriente.

Comunicado # 1: Primeras Impresiones. Marzo de 2007


Aquí están pues las primeras impresiones recibidas del continente asiático durante el corto lapso en que he habitado en él. Lo primero será contarles que Dubai, así como los otros seis Emiratos, son como unas especies de fincas reunidas a modo de país, y tal cual, como finca que se respete tiene un señor mandamás, un patrón que es el que dice que se hace y como se hace, sin importar lo que cueste. Nuestro patrón, o sea el dueño del Emirato de Dubai es Sheikh Mohammed Bin Rashid Al Maktoum, y tiene particularidades bastante excéntricas que solo su buena mente lo podrá entender, porque aquí nadie sabe de que se trata todo esto ni como verriondos es que este tipo sostiene todo este andamiaje, ya se, me imagino que todos ustedes estarán pensando que todo será producto de los famosos petrodólares, ¡pero nada de esto! ¡No señores!, Dubai solo tiene el 6% del 100% de sus ingresos de cuenta del petróleo, el otro 94% sabrá el mismísimo Alá como lo obtiene, pero nada, aquí lo que interesa es que esto era hace diez años atrás solo un pueblucho en los confines del desierto arábigo, pero hoy, debido a la visión de nuestro patrón emiratí esto se ha convertido en una ciudad enorme y cosmopolita. Para darles una mejor idea, yo diría que esto es como una mezcla entre Miami, Cartagena, New York y parte del sur de España, Claro! Toda mezcla hecha sin reflexión alguna se va construyendo como una colcha de retazos en donde un cuadro no tiene que ver con el otro, pero que igual están tejidos para formar una misma cobija. Esto es Dubai. Toda prevención con la que venía desde la ciudad de la eterna primavera se ha ido desvaneciendo con el paso de los días, pues todos los temas que se refieren el Islam aplican pero no dentro del Emirato de Dubai, debido a que aquí el 75% de la población es extranjera y los majitos queridos se reservan sus leyes para ellos. Hombre! Igual se siente muy extraño ir a mercar a Carrefour y que estén todas las señoras con la cara tapada llevando el carrito del mercado o comiendo en los restaurantes más prestigiosos de Dubai, o lo que es peor: que sus túnicas o los turbantes de los hombres sean marcas Louis Vuitton o Armani. Son raros, pero ya con el tiempo iremos entendiendo este derroche de lujo tan brutal, aquí por donde uno meta la cabeza hay Hummers, Mazzeratti, BMW, Corvettes, Ferraris, Rolls Roys, yates inmensos, en fin; toda esta cultura del derroche y la extravagancia raya con el otro lado de la moneda que son toda la población que trabaja en los servicios que el hombre blanco no hace por aquí, o sea los meseros, los señores de los tintos (aquí no es la señora), los mensajeros, los pega ladrillos, que casi todos son Indios, pakistaníes o filipinos, que dada la pobreza de sus países, prefieren venir a servir aquí, hay que ver que este es un grueso de la población de Dubai. Físicamente son rarísimos, háganse la idea de ver miles y miles de señores iguales a Apu el tendero de Los Simpsons, que son de facciones finas pero parecen chamuscados es un incendio.
Para no extender más este primer comunicado, no queda más que enviarles un gran abrazo a todos y que espero poder sentarme pronto a contarles muchas más cosas del medio oriente.