4.13.2008

Comunicado # 9. Savage Garden & Barracuda Experience. Aprendiendo a querer lo Lobo. Abril 2007


Hola a todos. Después de una muy buena y disfrutada temporada en Medellín, donde tuve la fortuna de ver a muchos de ustedes, me quedó dando vueltas en la cabeza escribir algo para contarles lo que para muchos fue motivo de risas e incógnitas durante el tiempo que estuve en la cuidad de la eterna primavera, y ese algo, después de todo, no podía ser otra cosa sino el contarles como es que se rumbea en Dubai.
Comenzaré entonces por contarles que a pesar de todas las restricciones que nos impone el mundo musulmán con respecto a la ingerencia del alcohol, aquí cada hotel que se respete tiene su discoteca o en su defecto un bar en donde se puede compartir una buena cerveza. Ahora, el tema que cuando llegas a la puerta de alguno de ellos es indispensable que te acompañe una niña o de lo contrario no entras ni rogando. Por supuesto, esto no ha sido piedra en el zapato para que los fines de semana salgamos de juerga a divertirnos un poco y a hablar un poco más de temas menos serios que los laborales. Pero claro, cuando la situación común es que salgamos los cuatro colombianos hombres que trabajamos juntos en Typsa, no tenemos más alternativa que acudir a los dos únicos lugares sobre la faz de Dubai que no te piden el pasaporte femenino para entrar, y esos son, el Trader Vic´s, que es un bar de musiquita en vivo donde tocan unos cubanos y venden unos cocteles deliciosos; y el otro es el Savage Garden, que por describirlo de alguna manera es un sitio lobísimo parecido a las discotecas Xochi y el 70´ZO, que fueron en otrora las reinas de la rumba en la carrera 70 en Medellín, y que cargaban consigo una decoración traqueta ochentera de muy mal gusto. La primera vez que entramos a conocerlo nos sentimos entrando a Asados la 80, porque tiene un árbol de dos pisos de alto que delimita la pista de baile, y que las sillas son de mimbre como en finca de abuelita. Además que el espectáculo que encontramos adentro no era el más alentador del mundo, vimos a un montón de Árabes, Europeos y Libaneses maltratando la Salsa que tocaba la banda del Bar, era un espectáculo donde la gente bailaba Salsa enseñada en salón con pasos aprendidos contando el uno – dos y sin mirarse a los ojos, era bailar con sentimiento cero, pero jurando ser ese latino sexy que solo existe en ese imaginario de gente extranjera que piensa que para ser la bomba sexual latina deben exhibir mil vueltas y trompos bailando salsa, era de verdad un desconsuelo ver esto. No podías comprender tal payasada. Esto es un poco el Savage. Ese día prometimos no volver nunca más, pero como la lengua castiga, hoy día en uno de los sitios que más frecuentamos. Supongo que la pregunta del millón será ¡Eh! ¿Y estos porque van a ese chuzo tan mañé, habiendo tanta cosita buena en Dubai para ir? Y la respuesta solo tiene dos caminos, el primero, que nos convertimos ya en unos lobazos mañés que le sacamos gusto a ese espectáculo, o segundo, y ésta de verdad es la razón, es que es el único sitio en donde podemos tener cercanía con la patria, allí la banda que toca y a la cual cambian cada seis meses es Colombiana, la manager también, y un grueso de la población de Colombia que reside en Emiratos Árabes acude allí para poder entonar las salsitas a todo pulmón al calor de las cervecitas. Es, mejor dicho, un pedacito de la tierra aquí, y así sea lobo lo queremos y estamos muy complacidos con lo bien que se nos atiende en este jardín salvaje.
Ahora bien, si pretender convertirme en la guía Lonely Planet de la rumba Dubaití, no quisiera dejar por fuera de este relato los excelentes sitios de rumba que hemos tenido la fortuna de disfrutar cuando alguna de las compañeras de la oficina se ha animado a salir con nosotros. Y bueno, que también sirva de guía para los que algún día se decidan a visitarnos por estas tierras. Les recomiendo el 360° que es un bar lounge metido entre el mar justo en la playa que hay entre los Hoteles Burj Al Arab y el Jumeirah Beach; está también el Barasti Bar que queda dentro del Hotel Mina Seyahi y que está justo en la playa, así que te puedes tomar unos buenos mojitos con una vista espectacular; está el famoso Buddha Bar, localizado en Dubai Marina, donde además de las polas, también se puede comer muy bien; está el Kasbar que es una discoteca muy bien lograda dentro del Hotel One & Only donde se puede disfrutar de una buena mezcla de música árabe con la rumba normal; está Trilogy, que es una de las disco top 10 de rumba pura y dura y esta ubicada dentro del souk de Madinat Jumeirah; en fin, esto solo por mencionar algunos de los sitios que hacen parte de que la vida sea un poco más llevadera para nosotros en éstas desérticas tierras, porque les recuerdo que aquí no existe la venta de licor como en Colombia que en cualquier tienda de barrio te venden mediecita de güaro, ¡No señor! aquí eso es impensable, ni siquiera en carrefour se consigue cerveza. Los dos únicos caminos que te quedan para comprar algo de licor si no quieres ir a un hotel son, primero tener una licencia expedida por el gobierno que te autoriza para comprar licor en expendios “oficiales” y vigilando que no gastes un tope máximo de 500 mil pesos colombianos al mes, para que la gente no compre y revenda por ahí haciendo uso indebido de la licencia, además que el licor en dichos expendios es un 40% más caro que en cualquier parte, y si a eso le sumamos que son sitios cerrados, sin ventanas, con un letrero casi invisible y solo con una puerta que te hace pensar que vas a entrar el cuarto técnico de algún edificio y que el sentimiento que te da es como si estuvieses cometiendo un delito, yo creo que no vale la pena sacar dicha licencia, y además, solo hay dos expendios en toda la ciudad. Y la segunda alternativa que existe es la que todos preferimos por encima de cualquier cosa, es la experiencia Barracuda, hay que ver el espectáculo que es estar allí. Barracuda es un supermercado de solo licor que queda en otro Emirato llamado Umm Al-Qaiwain, es un expendio dentro de un hotel en donde te venden licor sin licencia de ningún tipo y hay carritos para que la gente los llene a punta de chorro. Y suena charro, pero la gente es desaforada comprando trago de toda clase, el sitio se mantiene llenísimo y hay que hacer fila de 10 o 15 minutos para pagar, puesto que la gente llena los cochecitos como si fuera el mercado del mes, la gente se abastece para rato y lo mejor es que se ven felices de poder llevar cervecita o whisky a la casa sin problema en teoría, porque dicen los que dicen que si te cogen con el carro lleno de trago, pues vas a estar en problemas como no muestres la licencia, pero nada, las autoridades saben que el apreciado Barracuda existe hace años y se hacen los de las vista gorda porque seguramente el negocio es de algún árabe que sigue llenando su arcas a costa nuestra. A ninguno de nosotros le importa tener que pegarse el viajecito de hora y media que hay entre Dubai y el Barracuda con tal de poder tener con que amenizar una buena jugada de cartas sin tener que moverse de casa.
Hasta una próxima ocasión.

3 comentarios:

gabriel dijo...

mi compadre jerre jerre.......dejeme contarle que me genera usted un vientecito con estas palabras...... es de verdad tortuoso pensar en mi amigos colombianos a merced de esta ciudad tan arida sin nadita que tomar..... y me alegra mucho mas saber que pueden emborracheserse de cuenta de nosotros cada que les de la gana.....un viajecito chevere y largo pero vale la pena.....un abrzo muchacho para vos y pal resto.

Anónimo dijo...

uy las tortuosas aventuras por un trago, son una cosa maluka, bueno pero creo que todo eso que tenes que vivir por un traguito, te dan esta inspiracion para hacernos entender que eso de la vida en el lejano oriente es muy loca!

Hugo dijo...

Que buen resumen, maestro, estuvo muy didactico para todos los latinos (especialmente lo de los bailes...) además parece que ahora todos ellos van a apreciar mas esa cervecita que se puede comprar en cualquier lugar en nuestro paises...