Hola a todos. Esta vez abandonaré un poco a Dubai y sus alrededores para relatar una interminable noche en territorio Iraní. Lo primero será entonces poner en contexto la situación: Resulta que como consecuencia del vencimiento del visado que tenemos hasta ahora, la ley emiratí exige que salgas del país y vuelvas a ingresar a él vía aeropuerto, para que al regreso te lo renueve por otro tiempo más. Hasta ahí todo normal, pero lo que nadie te cuenta es que la única posibilidad que hay para hacerlo es una isla en Irán cuyo nombre es Kish Island. Este árido territorio como todo aquí en golfo pérsico, esta situado en la parte sur de ese país enriquecedor de Uranio y no es otra cosa que un gran negocio establecido entre ambos países, pues no es necesario ningún tipo de visado para ingresar allí. Una vez llegas, lo primero que encuentras en el aeropuerto es un letrero gigante que dice “Welcome to Kish Island free zone”; es un sitio donde nadie te pregunta nada, nadie habla inglés, no hay nada que hacer, todo aparece escrito en árabe, con lo cual ya puedes ir presumiendo que es lo que te espera para pasar la noche allí. Es además un pueblo radicalmente musulmán, por consecuencia, todas las mujeres que vienen el vuelo deben cubrirse la cabeza simulando una Abayah (traje musulmán para ellas), solo imaginen que 5 minutos antes aterrizar están todas las filipinas a las carreras cubriéndose con pañoletas compradas desde Dubai. Lo mejor de la historia es que no se la pueden quitar hasta no abandonar territorio Iraní. Luego llegas al hotel, que con algo de suerte puedes conseguir algo medianamente decente, porque recuerden que este es un negocio inventado por el alto índice de inmigrantes asiáticos que trabajan en el emirato, lo que hace que este tipo de viajes sea de un perfil más o menos extraño o sin sonar racista, de bajo perfil. En el hotel te explican más o menos con un inglés de señas, que no puedes usar la piscina sino desde las 9 a.m. hasta las 4 p.m. porque esa es la hora que corresponde a los Hombres y que de 4 p.m. hasta las 11 p.m. es para las mujeres. Todo es separado allí entre un género y otro, además la piscina es interna, en un sótano y sin sol, porque no esta permitido que pueda haber registro alguno desde la calle o desde cualquier ventana del hotel. Es justo en este punto donde comienzas a pensar ¿Qué carajos hago yo en una isla Iraní casi desértica en medio de la nada? Y ¡claro!, la única respuesta posible es que uno también hace parte de ese mercado de mano de obra barata importado de países con menos recursos que los Emiratos; así que lo único que queda es decir para uno mismo: “Aguante papá….pa´que se vino a probar suerte por aquí”. Luego de este corto lapso de crisis existencial, retornas a tus cabales y dices, ¡pues nada! Vamos a dar una vuelta por Kish a ver que encontramos. Pero nada, literalmente no hay nada, hagan de cuenta que los dejan abandonados en un paraje entre Ovejas (Sucre) y el Carmen de Bolívar, con tres hoteles y pequeño centro comercial sin gente. No queda otra que irse a la playa, teniendo en cuenta que para cuando llegas allí, ya es de noche así que nadie esta bañándose, solo ves algunos grupos de filipinos conversando mientras amanece para regresar a Dubai con su visado renovado, y de repente ves que hay un par de sitios en la playa que parecen algo así como un bar o un café y piensas, “bueno al menos me tomo una cervecita y así paso este rato”, pides la carta y dices que te traigan una cerveza helada para bajar el calor que hace y el mesero te dice: “No señor, este es un país islámico y aquí no vendemos nada con licor”. Ese es el momento donde salta el paisa que hay en ti y la exclamación no puede ser otra que decir “No venden cerveza tampoco, ¡Ahora si nos mordió el marrano parcero! Así que regresas al hotel con el rabo entre las piernas sin más cosas que hacer que encerrarte en la habitación a pensar en que es lo que ha pasado con la historia de países como éste, porque no te parece posible que vivan aun con tales leyes y con tanto atraso sabiendo que en el pasado ellos fueron el poderoso Imperio Persa. Pero nada…. Click a la lamparita del nochero y a esperar que se termine esta larga noche para tomar el vuelo de regreso a mejores tierras.
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1 comentario:
Este comunicado me trajo a la mente esa obra de los relojes de Dali (La Persistencia de la Memoria) Que isla tan surrealista no joda !! Cosa tan brava, que insoportable escozor humano allí reunido al son de los cocos ! Deberían bautizarla como: "La isla kitsch" más bien ! por la integración de objetos extravagantes en tan sosegado entorno playero totalmente pasado de moda; estéril y bochornoso. Gracias a Ala sólo te toca arribar por esos lares de cuando en vez...Que pesadilla habitar ahí como esas hormigas en la obra de Salvador. Horrible Oye !! :/
Sueter !!
TotiNi.
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